Cada año en España, se producen alrededor de medio millón de bajas médicas derivadas de la Salud Mental: ansiedad, depresión, trastornos distímicos. Estas enfermedades, muchas veces, se cronifican y se convierten en un problema para el trabajador al intentar reincorporarse al trabajo. En estos casos, el asunto puede terminar en una incapacidad permanente.
La salud mental es una afección grave que afecta a muchos trabajadores y a la población en general. A menudo, es una enfermedad silenciosa que puede limitar severamente la capacidad de una persona para desempeñar su trabajo. A diferencia de las enfermedades físicas, diagnosticar y tratar trastornos mentales como la ansiedad y la depresión presenta desafíos adicionales, cuyos síntomas se caracterizan por:
- Estado de ánimo deprimido
- Desinterés en la mayoría de las actividades
- Cambios en el apetito y el peso
- Problemas para dormir
- Falta de energía
- Sentimientos de culpa
- Baja autoevaluación
- Pensamientos suicidas
- Emociones negativas la mayor parte o todo el tiempo
- Desinterés en actividades que antes disfrutabas
- Irritabilidad, frustración o inquietud.
- Dolores y molestias inexplicables de otro modo
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones
- Dificultad para recordar cosas
- Una autoimagen negativa
Los médicos se enfrentan a la dificultad de cuantificar el nivel de sufrimiento de un trabajador, ya que no existen herramientas objetivas como un termómetro para medir la ansiedad o la depresión. Estas enfermedades suelen estar asociadas a otras patologías, lo que complica aún más su diagnóstico y tratamiento, como ansiedad, miedo, preocupación y pánico. Cuando los síntomas de depresión y ansiedad son lo suficientemente graves o prolongados, pueden afectar su capacidad para trabajar, realizar tareas cotidianas o participar en sus actividades sociales habituales.
- El tratamiento adecuado: terapia psiquiátrica o psicológica.
- La importancia de los informes médicos para demostrar la incapacidad.
- El desafío de reincorporarse al trabajo tras una baja médica prolongada.
En casos donde la reincorporación al trabajo no es posible debido a la gravedad de la enfermedad, se puede solicitar una incapacidad permanente. Esta puede ser total o absoluta, dependiendo del grado de afectación de la persona y de la naturaleza de su trabajo.
Es fundamental recopilar informes médicos detallados que muestren la evolución de la enfermedad y el impacto en la capacidad laboral. La lucha por el reconocimiento de la incapacidad en casos de salud mental es a menudo un proceso complejo que requiere perseverancia y apoyo profesional.
Es crucial que las personas afectadas busquen ayuda y no duden en pelear por sus derechos en situaciones de incapacidad por salud mental. La falta de reconocimiento y comprensión de estas enfermedades puede dificultar el proceso, pero con informes médicos sólidos y apoyo legal, se puede lograr el reconocimiento de la incapacidad.
Incapacidad permanente por depresión
¿Te has preguntado si puedes solicitar una Incapacidad Permanente por depresión? La respuesta es sí. Es posible obtener este tipo de incapacidad por un trastorno depresivo mayor, siempre y cuando sea crónico y recurrente. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) debe confirmar que se han agotado todas las opciones de tratamiento, o en caso de una negativa, un juez puede intervenir en la decisión.
- Si la baja médica por depresión se extiende durante 18 meses y la enfermedad se vuelve crónica, es momento de evaluar la posibilidad de solicitar una incapacidad permanente.
Incapacidad laboral por depresión: ¿Cómo obtener el reconocimiento?
Factores determinantes para el reconocimiento de una pensión por incapacidad
La incapacidad laboral por depresión es un tema de gran relevancia en el ámbito de la salud y el trabajo. Para un paciente con depresión mayor, puede resultar crucial obtener una incapacidad permanente total o absoluta. Sin embargo, el proceso de reconocimiento de una pensión por incapacidad por depresión está sujeto a diversos factores que deben ser considerados detenidamente.
- Cronificación de la Depresión: Para que se reconozca una incapacidad, la depresión debe haberse cronificado, es decir, no ser reversible a corto plazo. Este aspecto es fundamental para evaluar la permanencia de la enfermedad y su impacto en la vida laboral del paciente.
- Gravedad de la Enfermedad: La depresión debe ser lo suficientemente grave como para considerarse invalidante. Esto implica evaluar diversos parámetros, como el deterioro cognitivo, las conductas autolíticas, entre otros. Es necesario demostrar que la enfermedad afecta significativamente la capacidad de la persona para desempeñar sus funciones laborales.
- Incompatibilidad con el Trabajo: La patología, ya sea la depresión u otras enfermedades asociadas, debe ser incompatible con el trabajo del paciente. Por ejemplo, en casos donde la depresión acompaña a condiciones como la fibromialgia, se debe demostrar que la persona no puede realizar su profesión habitual debido a su estado de salud.
Para lograr el reconocimiento de una incapacidad laboral por depresión, es fundamental contar con informes médicos sólidos y detallados. La calidad de estos informes es clave para respaldar la solicitud de incapacidad, ya sea por depresión u otra patología. Es importante recopilar toda la información relevante sobre el historial clínico del paciente, los tratamientos recibidos y el impacto de la enfermedad en su vida diaria y laboral.
En resumen, obtener el reconocimiento de una incapacidad laboral por depresión requiere un proceso riguroso y bien fundamentado. Con la documentación médica adecuada y el asesoramiento profesional adecuado, es posible obtener la pensión por incapacidad que el paciente necesita para garantizar su bienestar y calidad de vida.
Incapacidad permanente absoluta: cuando la salud mental no permite trabajar
La incapacidad permanente absoluta implica que el trabajador no puede llevar a cabo ningún tipo de trabajo debido a su condición de salud. En el caso de la depresión, esta situación se presenta cuando la persona no puede afrontar una jornada laboral de manera normal. Desde el simple acto de levantarse por la mañana hasta lidiar con responsabilidades o interactuar con otras personas se convierte en un desafío abrumador.
La incapacidad permanente absoluta por depresión se otorga cuando el solicitante cumple con los criterios generales de la incapacidad permanente para esta enfermedad. Es decir, la depresión debe ser crónica y recurrente, y no debe existir posibilidad terapéutica para su cura. Esto se debe a que, debido a la gravedad de los síntomas y su impacto en el individuo, se considera que el trabajador no está en condiciones de realizar ninguna actividad laboral de forma normal.
Ejemplos de incapacidad absoluta por depresión
En situaciones donde la depresión genera una incapacidad total para trabajar, se reconoce una pensión equivalente al 100% de la base reguladora. Es importante tener en cuenta que esta condición puede ser revisada en el futuro si se produce alguna mejoría o curación.
- Personas con trastornos adictivos a sustancias estupefacientes o alcoholismo, que desencadenan una depresión mayor.
- Individuos con conductas violentas, lesiones psíquicas, y deterioro cognitivo como resultado de la depresión.
- También se reconoce incapacidad absoluta al trastorno depresivo grave, trastorno de ansiedad generalizada y trastorno de pánico con agorafobia. Por ejemplo, una persona que ha sido víctima de acoso sexual en el trabajo y desarrolla estrés postraumático y depresión mayor puede ser reconocida con esta incapacidad.
La incapacidad permanente absoluta por depresión es una realidad que afecta a muchas personas, y es fundamental comprender sus implicaciones y posibles escenarios. En caso de encontrarte en esta situación, es importante buscar el asesoramiento adecuado para gestionar tu condición y tus derechos laborales de manera efectiva.
Incapacidad total por depresión
La incapacidad permanente total se otorga a aquellos trabajadores que, debido a una enfermedad, no pueden desempeñar su profesión habitual, aunque sí puedan realizar otras actividades laborales. En el caso de la incapacidad total por depresión, no se requiere un deterioro tan elevado como en el caso de la incapacidad absoluta, pero es necesario evaluar cómo la psicopatología afecta el desempeño en el trabajo habitual.
- Se reconoce la incapacidad permanente total a trabajadores con depresión que no pueden realizar su profesión habitual.
- El nivel de deterioro no es tan alto como en la incapacidad absoluta, pero se evalúa la afectación en el trabajo.
- Es importante contrastar la psicopatología con las tareas habituales del empleado.
La Incapacidad permanente total para la profesión habitual se reconoce cuando la depresión impacta a trabajadores cuyas profesiones conllevan riesgos para terceros. Por ejemplo, aquellos que portan armas como policías o vigilantes de seguridad, o aquellos que conducen vehículos pesados como autobuses. Este grado de incapacidad también se puede otorgar en casos de actividades con alta exigencia mental o estrés, como altos directivos o empleados del sector bancario.
En resumen, es esencial comprender las diferencias entre la incapacidad absoluta y la incapacidad total por depresión, ya que cada una tiene requisitos específicos para su reconocimiento.
¿Cómo afecta la depresión a tu capacidad laboral para contemplarla como incapacidad? La respuesta varía dependiendo de las características de tu trabajo. En el caso de empleos que implican un contacto directo con clientes o requieren una alta concentración y equilibrio mental, la depresión puede ser especialmente incapacitante.
La incapacidad total por depresión puede resultar en la obtención de una pensión equivalente al 55% de la base reguladora, la cual puede aumentar hasta el 75% al cumplir los 55 años. Es importante tener en cuenta que esta pensión del 55% es compatible con la realización de una profesión adecuada a la condición de depresión.
Ejemplos de situaciones de incapacidad total por depresión
- Una camarera que se desempeña en un trabajo de trato con el público.
- Una jefa de equipo con una larga historia de depresión.
Sin embargo, es relevante destacar que no siempre se reconoce la incapacidad total por depresión. Por ejemplo, en el caso de una trabajadora que solicita esta pensión tras el fallecimiento de su cónyuge, no se consideró una enfermedad crónica y, por lo tanto, no se concedió la incapacidad.
Entender los criterios para la Incapacidad permanente por depresión es fundamental para aquellos trabajadores que se ven afectados por esta enfermedad mental.
Gran invalidez por depresión
El reconocimiento de la gran invalidez por depresión es un proceso poco común. Solo se otorga cuando, además de cumplir con los requisitos para la invalidez absoluta, el grado depresivo o los síntomas psicóticos asociados son extremadamente graves. En estos casos, la persona necesita supervisión de un tercero debido al riesgo de autolesiones o para garantizar la correcta toma de la medicación.
¿Necesitas un abogado para solicitar incapacidad por depresión?
Si estás enfrentando este tipo de situaciones y has agotado tus opciones para tratar la ansiedad y la depresión, así como la baja médica, es importante considerar solicitar una incapacidad laboral. Aunque puede resultar un proceso abrumador, no tienes que hacerlo solo. Contamos con abogados laboralistas en Las Palmas especializados en la materia que pueden acompañarte y defender tus intereses en este difícil proceso.

Si te encuentras en una situación donde la discapacidad te impide llevar a cabo tus actividades diarias de manera independiente, es crucial buscar ayuda legal para garantizar tus derechos y tu bienestar a largo plazo. ¡No dudes en buscar el apoyo que necesitas!
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